lunes, 10 de mayo de 2010

¡Justicia tardía no es justicia!


A dos meses de la muerte del niño Lorenzo, que ha estremecido a todo Puerto Rico, todavía no hay resultado alguno. Siguen investigando autoridades estatales y federales. ¿Cómo es posible que aún no se haya esclarecido este caso?
Sufren los inocentes. Ayer 9 de mayo, Día de las Madres, las hermanitas del infortunado niño estuvieron solas, sin su mamá ni sus abuelas, ni ningún otro familiar que las acompañara. Las autoridades justifican este comportamiento--para mí maltrato-- con “se podría contaminar el testimonio de las niñas”. ¡Qué daño tan grande les están haciendo! No conozco a esta familia, pero vecinos, maestros de los niños y algunas personas que se han relacionado con esta familia, aseguran que los niños no pudieron recibir daño alguno de la madre porque era amorosa, entregada a sus hijos y, además, ¿por qué no decirlo?, una víctima de violencia doméstica.
Ahora suman acusaciones de que la familia ha contratado detectives para identificar el lugar a donde tienen alojadas a las niñas. ¿Quién, que tenga hijos, puede criticar el que una madre quiera saber dónde están sus hijos. Hay hogares de albergue en los cuales han sido identificados abusos de todo tipo, inclusive sexuales.

¿Alguien puede juzgar a una madre que quiere comprobar la seguridad de sus hijos?
¿Se está juzgando con mayor dureza a Ana Cacho porque proviene de una familia acomodada? ¿Hasta dónde vamos a llegar con este resentimiento contra personas que viven en forma más holgada que la nuestra?
Muchos podrían concluir que algunos elementos--comunes en toda sociedad--que rechazan, por rechazar--que odian por odiar--y otros que viven de la especulación, porque de ello devengan dinero como analistas, con sus comentarios están confundiendo a nuestro pueblo.
¡Justicia tardía no es justicia!

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